Estas noticias siempre hay que tomarlas con ciertas cautelas pero parece que los vecinos de
Taylor Swift en su casa de verano a pie de playa no están muy contentos con ella. Según han
informado varias personas de East Beach el equipo de seguridad (guardaespaldas o gorilas,
llamadlos como queráis) de la solista habría echado a la gente de la zona cercana a su casa.
Llega a tal punto el absurdo, que la Asociación East Beach también fue obligado a abandonar
la playa que limpian de residuos arrastrados por la marea desde hace más de 40 años.
Veraneantes, surfistas y bañistas han protestado ya a las autoridades sobre el hecho de que
la intérprete se haya apropiado de una propiedad pública.
La disputa parece que va para largo ya que Taylor Swift habría desplegado a sus
guardaespaldas alrededor de su flamante mansión de 17 millones de dólares para impedir
que cualquiera pueda acceder a la que considera su propiedad ya sea de día o de noche.
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